Decían de él que era un chico silencioso, de pocas palabras. Que se sentía mejor en su rincón, lejos de la gente, sin ser molestado. Decían de él que la timidez infantil daría paso a la seriedad y sobriedad de un hombre parco, pero justo, como su padre. Y todos asentían.
Mientras, él miraba a su alrededor y veía un mundo de palabras que no entendía, sonrisas que le asustaban y demasiados momentos de silencio y soledad. Nada tenía sentido, pero no le habían enseñado cómo formular aquel centenar de preguntas que se agolpaban en su garganta. Se limitaba a mirar con impanciencia a sus padres, esperando de ellos comprensión o, al menos, una señal que le indicara que ese era su momento para empezar una conversación que pudiera llevarle al entendimiento. Nunca se produjo.
Según se fue haciendo mayor, buscó la información que le era necesaria en otras fuentes: libros, revistas..., pero no logró sino sentirse más confundido.¿Porqué la gente decía una cosa cuando en realidad quería decir otra?, ¿qué sentido tenían la ironía o el sarcasmo en lo que se hacía llamar una "sociedad civilizada"?. Aturdido y frustrado, solía acabar lanzando los objetos de estudio contra cualquier rincón de su habitación.
Sus padres lo llamaban adolescencia.
Entonces un día lo tuvo claro. Jamás entendería el mundo. Era imposible, el mundo era demasiado grande, habia demasiada gente, demasiadas culturas, demasiadas costumbres y tradiciones...Nunca lo entendería. Y esa idea le llevó a otra. Su mundo, aquel en el que él vivía, habitado por sus padres, sus familiares, amigos y demás, en realidad también era demiado complejo como para entenderlo, además, él no había existido desde su creación, así que no podía desmontarlo pieza a pieza para ver cómo funcionaba, que era lo que solía hacer con los juguetes que le regalaban.
Pero si lograba crear un acontecimiento de tal magnitud que hiciera que su mundo explotara, entonces sería como una especie de "pequeño Big Bang", todo se destruiría, habría un desmoronamiento que llevaría a un nuevo comienzo, y él podría analizar tranquilamente los sucesos, procesos, relaciones y demás.
Decidir qué clase de acontecimiento podría llevar su plan a tener éxito le resultó algo más complicado, porque estaba claro que debía ser algo de un tamaño e importancia incuestionables.
Una noche, mientras cenaba con sus padres y ellos comentaban lo sucedido durante el día, chismorreos y demás, lo entendió. Sus padres eran el centro de su mundo, si desaparecían, sería el comienzo de la explosión.
Lo planeó todo con sumo cuidado, porque si alguien sospechaba de él y le metían en la cárcel no podría estar presente en la nueva "Creación". Y lo llevó a cabo según sus planes. En menos de media hora sus padres estaban muertos y los vecinos avisados del terrible suceso.
Durante la investigación, él no cambió ni un momento su actitud. Callado, reservado, silencioso...Todos le miraban con compasión, con la lástima que se debe mirar a un pobre huérfano. Y él cada noche corría a su cuarto a anotar los cambios que observaba a su alrededor. Y entonces, de pronto, ocurrió. La explosión. Como era menor de edad, se iba a vivir con sus abuelos.Cambiaría de colegio, de ciudad, de amistades, de costumbres. De todo. Además, sus padres tenían un buen seguro de vida, lo que le hacía heredero de una cantidad nada despreciable de dinero. Su futuro estaba asegurado.
En ese momento entendió la ironía.
