Al menos hay tierra bajo mis pies

Con o sin sentido y dejando fuera de lugar la concordancia y consonancia,nos alimentamos de palabras. Y a ellas las nutrimos de ritmos,muletillas, tonos y sentidos.Las palabras tienen más sentido que la mitad de las cosas que suceden a nuestro alrededor...sobretodo porque somos nosotros quienes se lo damos.
Yo uso las mias con cuidado,como quien elije su ropa,sus zapatos,su coche...Elijo mis palabras con paciencia infinita y siempre buscando que cumplan su objetivo.El tono con el que las aderezo y la fortuna de tener una mirada que enfatiza,ponen el resto. Mi mensaje siempre es recibido.
Ahora debería estar dedicando mi tiempo a las palabras escritas, pero en mi melodía hay una nota discordante y el esfuerzo ha de ser mayor.
Además, y aquí ya me meto a filosofar descaradamente, es duro alimentar una relación del recuerdo del amor que se sintió un día. Sobretodo porque si alimentas esa parte,tus palabras,escritas o no, se resienten.
Es como ser Atlas y sujetar el peso de un nuevo mundo sobre mis hombros.
Soy testaruda y acabarán obedeciendo...lo que me pregunto es cuántos caerán en el camino cuando las palabras que hoy retengo por no herir a nadie, decidan escaparse de esta poco prudente boca