Ese momento en concreto

A veces hay que viajar sin equipaje. Dejar las maletas en la estación y subir al tren llevando simplemente tu billete, la documentación y algo de dinero. Mientras arranca, miras tus bolsas, llenas de tus recuerdos, de tus risas, de tus tardes de cine, de tus cenas, de tus paseos, de tus largas charlas sobre lo "humano y lo divino", los libros compartidos, la vida proyectada. Pero uno de los dos ya no quiere viajar más. No hay explicaciones. Tan sólo decidió que se quedaba donde estaba y que, por algún motivo que probablemente nunca conocerás, no mereces una explicación. Así que, tu orgullo herido, tu corazón metidito en un bolsillo y las pocas esperanzas que te quedan son lo único con lo que te sientes capaz de viajar, porque sabes que si te llevas los recuerdos no serás capaz de volar sin buscar su mano en el cielo y no echarte a llorar al ver que te han abandonado.
Ves la fragilidad reflejada en tus ojos y decides usar más maquillaje, espesar tu flequillo, endurecer tu gesto. Pero siempre hay un momento concreto en el que todo vuelve, y aprietas los puños deseando que nadie note que en ese breve segundo estás siendo humana.
Aún así, cuando estoy sola, escucho esta canción, me dejo de connotaciones románticas, y, aunque a mi versión 2.0(Vanessa dura y fría, concentrada y sin fisuras)le jode reconocerlo, hay partes que me llevan a un pasado reciente y alguna que otra lágrima se escapa todavía. Pero todo se cura, ya he cogido el cemento y la pala, en breve estará enterrado con el resto de los sentimientos puñeteros.
En 2009 tendré más cuidado....