viernes, agosto 01, 2008

Números

Ha vuelto a remover mi corazón con un tenedor y yo me he dejado. Ha vuelto para recordarme que mi peor enemigo soy yo...

Coloma Fdez Armero

Acudió a su primera cita con número 5 con el bolso repleto de historias antiguas.Junto al café helado y al chico de la eterna sonrisa se sentaron los "cuatro fantásticos",el ególatra, el inmaduro,el cruel y el adicto.A cada sorbo, tras cada palabra, tenía la sensación de estar siendo visitada por el Fantasma de las relaciones pasadas. Y así no se puede, pensó ella, así ni disfruto del café ni de número 5. Pensó que aquella relación ya tenía el camino trazado. Varios cafés, un par de cines, alguna cena, y un par de polvos urgentes y sin sentido. Después, ella volvería a insistir en enamorarse. Quitaría viejas fotos para sustituirlas por las nuevas, por las de los dos. Borraría mensajes antiguos, fingiría sorpresa ante situaciones más que habituales y haría de su corazón un territorio conquistable.
Pero si de algo era consciente era de que viajaba con maleta. Al principio, número 5 trataría de ignorarla, de no reparar en ella. Pero acabaría tropezando con alguna de sus esquinas.Primero un golpe en un dedo, después le caería sobre el pie, hasta acabar convencido de que debía meterla en algún armario.Ella, con la sensatez malentendida de años de relaciones fracasadas, trataría de hacerle entender que esconder esa maleta era como esconder un trozo de ella. Número 5 empezaría a enfadarse, a decir cosas como: ¿cuántos somos en esta relación?, y ella se encogería de hombros sin entenderle.
El tiempo pasaría, más o menos rápido. Y los cafés en compañía volverían a ser en solitario.Ella recordaría las fotos que un día guardó y volvería a mirarlas, en secreto, con añoranza. Número 5 la miraría de reojo, sintiendo que la distancia volvía a marcarle un gol.
Entonces, sin previo aviso, alguno de sus "cuatro fantásticos" recordaría su número. El teléfono daría la señal de salida. En ese momento ella volvería a sentir la excitación de un tiempo pasado que, decididamente, debió ser mejor. Aceptaría la señal, aceptaría la competición. Volvería a la lucha de recuperar lo que debió ser suyo. Volvería a unos brazos familiares, a un sexo añejo, a unos besos furtivos y cálidos. Y veria a número 5 como un día vio a los 4 anteriores, un fotocopia deslucida y pálida de NÚMERO 1. El teléfono o el camión de la mudanza marcarían el fin.
Con un poco de suerte, el "fantástico" en cuya cama había estado ocupada la dejaría quedarse hasta que el final fuese definitivo. Entonces le anunciaría de nuevo su retirada.
Ella volvería a su piso.Lleno de recuerdos, de maletas, de caras confusas en fotos sin fechas y a su corazón inconquistable. Sentiría de nuevo la amargura del fracaso y la necesidad de un nuevo café helado y una nueva sonrisa prometedora.
Se prometió guardar el pasado con las bolsas de la ropa vieja, tal vez incluso, deshacerse de ambas cosas. Tal vez esta ver sería capaz.
Todo ésto paseaba por su mente mientras número 5 le proponía un cine tras el café. Miró su cara, tan honesta y esperanzada y pensó que ese era el momento. Volver a empezar o volver a casa.Pocas opciones para una buscadora de grandes momentos.
Sonrió, con una sonrisa que número 5 aprendería a interpretar con el tiempo, y dijo que si.
Con equipaje o sin él, no podía resistirse a soñar que,tal vez éste, borrase el resto de números de su lista.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Nunca dejas de sorprenderme, my friend!

Jose B. Fernández dijo...

¡A ver, V!

¿Cuándo leches vas a ponerte en el ordenador, libreta, papel o como quieras y vas a escribirnos ese libro derrochando arte en cada palabra, coma y punto que esperamos tus fans y amigos?

Fran, esta mujer viene de Madrid con su libro bajo el brazo.

Un abrazo y besos.

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