Creep

Dando por hecho que existimos, nos sentamos plácidamente en la mediocridad de nuestra cotidianeidad. Sutilmente, deslizamos en nuestro cerebro la idea de que somos lo que nos ha tocado ser.
Jodidos, frustrados y con ganas de acabar con todo, sobretodo con nosotros mismos, usamos la máscara de lo políticamente correcto anhelando ser aceptados por una sociedad que nos exige parecer felices.
Vacíos, incoloros e insípidos, paseamos entre una multitud de muertos viventes que nos impiden respirar. Tan hambrientos de sentimientos reales que el pecho nos explota ante un latido de un corazón cada vez más débil.
Me refugio en mi silencio, a la espera de encontrar a otros que,como yo, ansien volver a soñar.