Ha vuelto a pasar. De repente, mientras trabajaba en lo que debía ser una de las secuencias finales del guión, la vieja idea de siempre ha venido corriendo a atacarme.Y me ha dejado sin aliento.
No podía escribir, ni moverme, ni hablar.Simplemente me he quedado quieta, esperando, expectante. Estaba convencida de que si le daba el tiempo necesario, podría escapar y hacer que se alejara otra vez.
Y lo ha hecho, pero no sin antes hacer que una lágrima traidora se fugara del lugar en el que tengo a todas las demás retenidas.
Una vez más, pensar que eso fue todo me ha hecho volver a tener 20 años. Pensar que no volveremos a vernos, que se acabaron las largas conversaciones, aprender de ti, sorprenderte, sorprenderme, mirarte de reojo, reirnos, susurrar nuestros secretos, enfadarme tanto contigo que enmudecía, hacerme perdonar, cantar Offspring muertos de la risa, discutir nuestro complejo de Peter Pan, buscar maneras de arreglar el mundo, optar por destruirlo, tocarte, que me toques, que me odies, que me eches de menos, que me beses, besarte, que me entiendas, que me ignores, que me cuides, cuidarte, despedirnos, salir corriendo para volver a encontrarnos e ignorar la despedida, no ser normales, fingir que lo somos, tu coche, tus libros con olor a viejos, releer contigo El Principito,aprender francés, olvidarlo, el cesped en mis pies, Marruecos, zumo con hielo, tú, yo, tú sin mi, yo sin ti....
Poco a poco se ha ido, de puntillas, como si nunca hubiese querido estar allí.La idea, la certeza de que nunca volveremos a vernos, de que tú eres un país extraño. Cada vez tarda más en volver.Algún día, aunque he intentado evitarlo, sé que acabarás siendo solo el pasado.
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